La digitalización del dinero

Si el otro día hablábamos de la digitalización de las costumbres, hubo una costumbre que nos dejamos en el tintero precisamente para poder dedicarle una publicación en exclusiva: la digitalización del dinero.

Es un movimiento que ya llevaba años viéndose de venir, generalizándose: pagar con tarjeta. Cada vez es más fácil en nuestro país pagar con tarjeta incluso cantidades pequeñas. Un café y una magdalena, un paraguas… Los bancos han ido aflojando las comisiones sobre los datáfonos porque han descubierto que nos gusta pagar con tarjeta, porque es cómodo no ir con dinero metálico encima, ni tener que pasar de manera preventiva por un cajero. Bueno, por eso y porque les conviene.

A los bancos les conviene que paguemos con tarjeta porque llegados a un cierto momento el metálico se prohibirá. Desaparecerá. Todo el dinero del mundo serán apuntes contables en una cuenta bancaria. Tu tendrás tu dinero, pero será digital, y estará almacenado en un monedero virtual, ese al que llamamos «cuenta corriente».

Lo que más miedo le da a un banco es que saques tu dinero de ese monedero virtual. Porque si lo sacas, tiene que darte parte del metálico. Y si muchos clientes sacan su dinero, lo pasan mal. Y si todos los clientes lo hacen, puede incluso ser una catástrofe. Pero si el dinero es digital, esto no es posible. No podrás sacar tu dinero del banco y llevártelo a tu casa. Tendrás que pasarlo, obligatoriamente, a otra cuenta de otro banco.

Eso supone una tremenda ventaja para el sector bancario, porque los clientes que pierde un banco y gana otro, mañana los pierde otro para ganarlo él. Pero el sistema ya no tiene pérdida real de clientes. Sólo transferencias. Esto abre un nuevo mundo de posibilidades para que los bancos diseñen nuevos tipos de comisiones. O de servicios que conviertan a los clientes en cautivos para que transferirse a otro banco les suponga un problema, un engorro… y les compense más quedarse que irse.

Esta situación, con la presencia del coronavirus en nuestras calles, se está acelerando, ya que el dinero en métálico puede transportar el virus, mientras que las tarjetas, y mucho menos usando contact less, no. Las autoridades, de hecho, fomentan que se use el dinero digital. Y los comerciantes presionarán a los bancos para que bajen aún más las comisiones. Conclusión: la digitalización del dinero es, cada vez más, una realidad.